viernes, 6 de enero de 2012

Ya no venden la moto.

Acabó 2010 como el peor año en la historia reciente de la industria de las dos ruedas en España, pero las malas noticias no dieron apenas respiro en el inicio de 2011. A finales de enero, Yamaha anunciaba el cerrojazo a su emblemática factoría de Palau-solità i Plegamans (Barcelona) para concentrar su producción en Italia. Dos meses después, la más ilustre entre las marcas españolas seguía sus pasos: Derbi. Su dueño desde 2001, el grupo italiano Piaggio, decidía clausurar las instalaciones barcelonesas de Martorelles (como ya hizo con las madrileñas de Arganda del Rey en 2002).

Ambas decisiones fueron duramente cuestionadas y, aunque se garantizó una recolocación a los más de 600 empleados afectados -lo que ya se ha producido en el caso de Yamaha-, dieron en la línea de flotación de una industria que ya perdió otro referente en 2009, cuando Honda puso tierra de por medio. Desde 2007 se han destruido uno de cada cuatro empleos en el sector.

El caso español no es único, aunque sí extremo junto con Italia y Grecia. Hace casi dos años, la propia Derbi reconocía que Europa tenía un exceso de capacidad instalada cercana a un millón de vehículos. Además, está la fuerte competencia de indios y chinos, principalmente en el segmento de los scooter de 125 centímetros cúbicos.

El hecho diferencial en España han sido dos circunstancias que han agravado -hasta casi desmantelar- la actividad de las dos ruedas: el desplome dramático del mercado y la actuación de la Administración en lo relacionado con las ayudas y los permisos. Especialmente llamativo es el caso de la licencia A2, creada en 2009 y que frena el salto, durante dos años, de una moto de mediana cilindrada a las de más potencia (por encima de 47CV). Esta regulación, única en Europa, y que ha sido denunciada ante Bruselas, ha dejado casi parado el mercado de las motos más grandes y que suponen hasta un 60% del parque.

Todo ello, con el trasfondo de la feroz crisis, ha hecho que hasta noviembre las ventas de motos acumulen 16 meses de caídas. Peor están los ciclomotores, para cuya conducción se exige desde finales de 2010 tener 15 años y que encadenan 55 meses a la baja. El resultado es para echarse a temblar. Si en 2007 se superaron las 395.000 unidades en total, a falta de un mes para acabar 2011 se llevan algo más de 126.000. Conclusión: las ventas totales serán poco más de un tercio de las de hace cuatro años.

Y como las penas nunca vienen solas, quienes quieran acceder a las motocicletas de mayor potencia, tienen que hacer un curso de nueve horas sin examen, con el único objetivo de saca más dinero, al cual algunos usuarios que se sacaron el A2 hace dos años no han podido hacer de principio por la mala organización a tenido, ya ni sacándonos el dinero se molestan en hacerlo bien.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Cada vez ponen más difícil el acceso a las motos, cuando debería de ser obligado que todo el mundo llevara una al menos una vez en su vida.

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