sábado, 10 de marzo de 2012

El valor de la vida, menos inversión.

Cayó el otro día en mis manos una información según la cual la inversión del Ministerio de Fomento en medidas de seguridad vial entre los años 2007 y 2011 ha pasado de casi 33 millones de euros a 0,3 millones. ¡Un descenso de más de 99%! Bien es cierto que quien había elaborado esa información era una asociación de fabricantes de sistemas metálicos de protección vial, pero aun considerando que siendo parte interesada está arrimando la ascua a su sardina, no es menos preocupante que si la cifra es real -y nadie del Gobierno la ha desmentido-. tenemos un problema muy serio.

Y no solamente para nosotros, también para las generaciones futuras. Es evidente que de lo que se trata es de salvaguardar la vida de las personas, y todo el mundo está de acuerdo en que actualmente en las carreteras españolas hay demasiados guardarrailes que, además de ser ilegales, están muy lejos de cumplir con su misión. Y no creo que valga como excusa esa que hemos tenido que oír alguna vez en boca de algún iluminado, de la DGT que descarga su responsabilidad diciendo que eso es competencia del Ministerio de Fomento y que ellos poco pueden hacer.

Estamos hablando de algo demasiado serio como para que se vayan pasando la pelota de un lado a otro. En toda Europa están las Administraciones de acuerdo en que los guardarraíles mayoritarios en las carreteras son ilegales y no cumplen su principal misión: salvaguardar la vida de los que usan las carreteras. Pero para adecuarlos a esa misión principal lo que se debería hacer es invertir dinero en solucionar el problema. Bien es cierto que estamos en época de mrecortes, pero mucho me temo que los recortes son mucho más importantes para unos que para otros. Y mientras tanto se suigen haciendo lineas de AVE que tienen escasas opciones de ser rentables.

Seguro que desde la DGT se seguirán tomando medidas represoras para mantener el descenso del número de muertos en las carreteras, algo de lo que, por otro lado, todos tenemos que sentirnos orgullosos. Es decir, se seguirá poniendo la represión por encima de la inversión, sin pensar que ésa es una pésima inversión -valga la redundancia- para el futuro.

No dejo de pensar en todo el tiempo que hemos perdido discutiendo sobre límites de velocidad, radares y cosas similares. Si se hubiera utilizado esa energía y ese dinero en dar una educación vial sería en nuestras escuelas, estoy convencido de que muchas de las personas que ahora están en disposición de comprar una moto lo harían sabiendo dónde se meten, qué deben hacer cuando salen a la carretera y cómo deben actuar en caso de que exista algún problema durante la conducción.

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